La iniciativa de dejar de cobrar los tatuajes y recibir a cambio mercadería y ropa para donar a diferentes comedores fue de Hugo, un tatuador de localidad de Wilde, de la zona sur del Gran Buenos Aires. La campaña duró dos semanas, y Hugo no imaginó que tendría tal repercusión entre sus clientes.
Esta idea surgió a partir de sus ganas de poder ayudar a distintas organizaciones de la zona y fue así que asumió el desafío de dejar de lado sus ingresos durante 15 días, con tal de poder conseguir ayuda para los demás.
Al finalizar la misma hace unos días atrás, en un cuarto ubicado detrás del local que Hugo tiene sobre Av. Las Flores, en el partido de Avellaneda, podían apreciarse una enorme cantidad de alimentos no perecederos, ropa, calzados y hasta cochecitos para bebés que la gente había acercado al lugar.
Esto demuestra una vez más que todos pueden hacer algo para ayudar, sin importar su profesión.
