María Emilia tiene 26 años, es madre de una niña (Maitena) y vive junto a ella en San Juan. Por la mañana trabaja en la administración pública de su provincia y por la tarde, vende budines en la terminal. Todo esto, sólo lo hace con una pierna, la otra le fue amputada hace 13 años.
A sus 11 años de edad, los médicos del Hospital Garrahan le diagnosticaron cáncer infantil en una de sus piernas, y 2 años después todo terminó con la amputación de la misma.
Desde el comienzo, su padre y ella libraron profundas luchas contras las obras sociales que se negaban a reconocerle las necesidades médicas que María Emilia tenía. Primero fue con unos clavos importados para la amputación, luego con una pierna ortopédica y ahora con una nueva prótesis llamada Genium X3 -la mejor que existe en el mercado- que le permitiría subir y bajar escaleras, caminar en terrenos inestables, reducir el esfuerzo que necesita para trasladarse y prevenir futuros daños en la postura.
«Desde que nació mi hija la pierna ortopédica me empezó a molestar. Empecé a tener muchos dolores en el nervio ciático, torticolis, calambres en los manos y en los pies. En las noches me acuesto y parece que me han pegado con un palo todo el día. Así son todos los días de mi vida. Mi hija me llama para jugar y yo le digo ‘Maite ya voy’ pero a veces no me puedo levantar, me muero de dolor. Si ella se me escapa a la calle yo no la puedo correr«, contó Maria Emilia a Infobae.
Por esta negativa de la obra social y debido a la fuerta necesidad que María Emilia tiene de esta prótesis para continuar con su vida lo más normalmente posible junto a la de su hija, este año creó una página en Facebook bajo el título «Una pierna para María Emilia», con el fin de hacer conocida su historia e intentar juntar el dinero necesario para la prótesis.
A pesar de las permanentes negativas de las obras sociales, que por leyes y tratados internacionales tienen la obligación de proteger la salud y la calidad de vida con miras a la integración social, autonomía e independencia de quien vive una discapacidad, María Emilia continúa poniendo todo de sí para mejorar su calidad de vida.
Todos los que quieran y puedan ayudar, pueden hacerlo donando a la cuenta de María Emilia. Quizás entre todos sea posible hacer lo que las grandes obras sociales se niegan.